The People vs. Larry Flynt es una película estadounidense, dirigida por Milos Forman estrenada en 1996 y basada en la vida de Larry Flynt. La película cuenta la historia de la revista Hustler. En la década de los años 70 en Estados Unidos se encuentra inmersa en plena revolución sexual. Larry Flynt (Woody Harrelson) es un empresario que decide abrir varios establecimientos de striptease. Tras promocionarlos con boletines de las artistas, sus ingresos económicos aumentan y decide dar un paso más creando la revista para adultos Hustler.
El éxito de la publicación convierte a Flynt en un excéntrico millonario. Tras varios pleitos judiciales en relación a las leyes de obcenidad y libertad de expresión, Larry Flynt y su abogado Alan Issacman (Edward Norton) son atacados por un francotirador al salir de un juicio. El propietario de Hustler queda en silla de ruedas, paralizado de cintura para abajo con fuertes dolores, lo que le lleva a conviertirse en consumidor habitual de narcóticos recetados por su médico para mitigar el dolor, de los que su esposa Althea Flynt (Courtney Love) acaba convirtiéndose en adicta.
Larry queda postrado de por vida en una silla de ruedas , desde donde continúa con la dirección de su imperio, luchando por los derechos civiles en Estados Unidos y por la libertad de expresión. Esta es una película que emana de la vida real de Larry Flynt.
A nosotros nos interesa la apología que hace la defensa, la cual centra su argumento en la libertad de expresión. Vivimos en un país libre! Poderoso refuerzo para su alegato . También ataca a su cliente manifestando que no le agrada a lo que se dedica. Nada mal para llamar la atención y mostrarse convencido de la inocencia de su defendido. Lo negativo esta en el tono y las posturas del abogado defensor . Se sentó en el barandal (arrogante?), las manos en los bolsillos (DESASTROSO), la forma en que baja la mirada en una constante que no favorece la llegada de su mensaje, pues muestra inseguridad y falta de concentración. Un ejemplo claro de lo que no debe hacerse en un juicio. Para nosotros, de nada vale una estrategia que sea la envidiada en Wall Street, un alegato que haga llorar al peor de los asesinos, nada funcionará; sino no mostramos con nuestro cuerpo y nuestras palabras, que estamos convencidos de la inocencia o la culpabilidad del sindicado, con pasión y un buen manejo del tono.
LARRY FLYNT |
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