Jorge Jimenez Serrano |
Panelista
1 Congreso Internacional de Perfilación Criminal y Piscologia Forense,
15 y 16
de marzo de 2013, Ciudad de México D.F.
El perfil geográfico puede definirse como una
técnica de análisis de la actividad espacial o geográfica de los delincuentes
aplicada a la investigación criminal (Garrido, 2006). Una técnica que está
dotando a los investigadores policiales y criminólogos de un perfil del
delincuente atendiendo a su mapa mental, a sus movimientos geográficos, que
tienen como objetivo final poder establecer hipótesis acerca del domicilio del
criminal, prever sus movimientos y su zona de actuación. Junto con el perfil
psicológico es una herramienta eficaz que complementa el resto de la
investigación policial. También se aportan datos de las investigaciones
realizadas en este ámbito.
Palabras claves: SIG, perfil geográfico, perfil
psicológico, mapa cognitivo, criminología ambiental, punto de anclaje, zona de
seguridad, principio de decaimiento.
EL PERFIL GEOGRÁFICO CRIMINAL.
El perfil
geográfico es una técnica de análisis complementaria o paralela al perfil
psicológico que últimamente se está desarrollando enormemente con la ayuda de
sistemas de información geográfica (SIG) que, como veremos más adelante, están
dotando a los investigadores policiales y criminólogos de una herramienta
eficaz con la que trabajar en determinadas investigaciones, además de servir de
soporte y base de información para desarrollar nuevas teorías y políticas
criminales.
Generalmente esta técnica, aunque como veremos más adelante tiene otras
aplicaciones, suele usarse en las investigaciones de delitos seriales en los
que la policía no cuenta con pistas ni indicios forenses que puedan guiar la
investigación. En estos casos, el disponer de un perfil geográfico puede
reducir el número de sospechosos a una zona concreta, generando un número de
ellos más fácil de manejar por los agentes, además de central los recursos
policiales en aquellas zonas en las que es más probable que el delincuente
actúe o resida. Al igual que el perfil psicológico, el geográfico cuenta
con limitaciones y habla siempre de probabilidades, no resuelve los casos por
sí solo, pero es una herramienta de investigación más que puede ayudar a la
policía.
En este
sentido, el perfil geográfico no se desarrolla aparte de la investigación, sino
que se basa en un estudio exhaustivo de todo lo que se sabe del caso a través
de las víctimas, pruebas forenses y escenas del crimen, dando especial atención
a factores geográficos como el tipo de lugar del crimen, características de la
zona, rutas de acceso y salida, etc.
Mapa cognitivo.
Entre las
bases teóricas del perfil geográfico, se encuentra la idea de mapa cognitivo o
esquema mental, que Bell, Fisher, Baum y Green (1996) definen como una
representación muy personal del entorno familiar que nosotros experimentamos,
es decir, una representación de nuestra personal forma de comprender el
entorno.
Este
esquema cognitivo nos permite adquirir, codificar, almacenar, recordar y
manipular información sobre nuestro entorno. (Downs y Stea, 1973).
Entre las funciones de los mapas cognitivos se
encuentran la de proporcionar un marco de referencia ambiental para movernos
por nuestro entorno, la persona que no es capaz de relacionar el lugar en el
que se encuentra con su contexto se encuentra perdida, es por tanto un
dispositivo para generar decisiones acerca de acciones de desplazamiento por
nuestro entorno, contribuyendo además a generar una sensación de seguridad
emocional (Aragonés, 1998).
El mapa
mental es por tanto un esquema a modo de mapa o plano que el sujeto ha ido
desarrollando con la experiencia con su entorno y que le permite desenvolverse
y desplazarse por su territorio. Todos poseemos un mapa mental de la zona en la
que residimos, de la ciudad y en general de todo el territorio por el cual nos
desplazamos a lo largo de nuestra vida.
En el
tema que nos ocupa, los delincuentes usan su mapa mental para dirigirse a
determinados lugares, escoger determinadas zonas, acceder y huir por
determinadas vías, en definitiva, la relación que establece el criminal con su
entorno para cometer sus actos está condicionada por su mapa cognitivo.
La importancia de conocer este mapa mental radica
en la posibilidad de poder determinar con su análisis el punto de partida de
sus desplazamientos, lugar que generalmente suele ser su casa, aunque también
puede ser su lugar de trabajo u otro domicilio anterior. Esto es lo que se
suele denominar punto de anclaje y que más tarde se desarrollará.
El conocimiento geográfico que conforma el mapa
mental como hemos visto anteriormente es un representación personal y propia de
la persona, personas distintas pueden tener un mapa mental distinto aunque
vivan en una misma zona, ya que parten de interpretaciones personales y
de la experiencia particular que cada persona tiene con la zona en la que vive
y por los lugares donde transita. El criminal por tanto consulta y usa su mapa
cognitivo para analizar qué puede hacer en determinadas zonas, cómo puede
llegar y salir de allí, qué tipo de víctimas y obstáculos se puede encontrar,
qué sitios le son más cómodos y familiares para moverse, dónde se siente
seguro...
Cesar Garrido |
Es por
tanto, un objetivo del perfil geográfico, hacerse con una copia de ese mapa
mental del criminal y ser capaz de entenderlo y usarlo como él lo haría para
detectar próximas zonas de actuación y acotar lo máximo posible la base de
operaciones desde la que inicia sus crímenes.
Criminología Ambiental.
La
criminología ambiental (Brantingham, 1981) se dedica a estudiar los sucesos
criminales como resultado de la relación entre ofensores potenciales y
objetivos delictivos potenciales que se dan en puntos específicos del espacio y
del tiempo.
La criminología ambiental se va a ocupar por tanto en analizar cómo la delincuencia ocurre en lugares y en tiempos concretos, dando gran importancia al principio de proximidad, el cual postula que los delincuentes actúan generalmente cerca de su hogar.
Junto a este principio se encuentra el de elección
racional, el cual nos plantea que el delincuente establece un análisis de
costo-beneficio, en el que sopesa la ganancia criminal y la probabilidad de ser
descubierto.
Generalmente este tipo de “planificaciones” o “análisis” que realiza el delincuente, suceden dentro de un ámbito geográfico familiar para éste, tienen lugar fundamentalmente dentro del ámbito de las actividades rutinarias (Cohen y Felson, 1979), el cual apunta que es necesario que estén presentes tres factores para que se produzca el delito: una persona motivada para cometer el delito, un objetivo que le atrae y con bajo coste y ausencia de vigilancia o vigilancia insuficiente para disuadirlo. Si alguno de estos factores no está presente, el delito no se cometerá.
Hipótesis del círculo.
David Canter |
Su programa informático denominado Dragnet, que tiene por objeto ayudar a establecer el lugar de residencia del delincuente a partir de las distintas localizaciones de sus ataques. Este programa informático se basa en dos modelos teóricos del profesor: la teoría del círculo y la distinción entre asesino merodeador y viajero.
El planteamiento de Canter y sus colaboradores parte del hecho de que los lugares del crimen están relacionados con el domicilio del criminal o con algún lugar importante para éste, que puede ser considerado su base de operaciones. Canter halló que entre el 50% y 75% de los violadores de su estudio vivían en un área que podía ser definida por un círculo cuyo diámetro uniera los dos lugares más alejados en los que había atacado, a lo que denominó la hipótesis del círculo. Concretamente, en su estudio de 45 casos de agresores sexuales, 39 de ellos tenían su domicilio dentro del círculo que dibujaba atendiendo a su hipótesis. En estos casos, el criminal parte desde su hogar, constituyendo este punto el centro desde el que se desplaza de forma radial hasta los lugares donde cometerá sus crímenes. Y una vez cometidos los mismos, sus responsables vuelven a la seguridad de su hogar. A este tipo de agresores lo denominó 'merodeadores'.
La distancia entre los lugares de los hechos estaba relacionados proporcionalmente con el domicilio del agresor, de tal forma que lugares muy distantes entre sí se encontraban también más lejos del domicilio del agresor que aquellos lugares de los hechos que se situaban más próximos entre sí.
Al resto de agresores que no vivían dentro del círculo los denominó 'commuter o viajeros', agresores que viajan desde su domicilio hasta un área donde cometerá sus delitos.
Esta teoría de Canter, utilizada por el profesor Vicente Garrido, fue de gran ayuda en la captura del asesino en serie Joaquin Ferrandiz, quien entre 1995 y 1996 lanzó su latente psicópata recurrente estrangulado a cinco mujeres y asaltado al menos a otras dos.
Principio de decaimiento con la distancia.
Kim Rossmo |
Es
importante entender que la distancia en estos mapas mentales es una percepción
individual y depende mucho de las experiencias geográficas de la persona. Es
decir, lo que para una persona puede ser una distancia larga, para otra puede
que no lo sea, ya que tiene una percepción de lejanía distinta. Para una
persona acostumbrada a viajar, conducir 100 Km. con el coche puede ser una
distancia corta, pero para otra puede ser considerada como un trayecto largo.
En relación con esto, los resultados estadísticos de varios estudios apuntan a
que la agrupación de delitos próximos entre sí correlaciona más con la
proximidad del domicilio del delincuente, que aquellos delitos que se producen
geográficamente más aislados. Estos datos son de gran valor para la
investigación de delitos seriales. Rossmo
también establece una categoría delictiva en función de tipo de víctimas que se
elige en relación con sus movimientos geográficos:
Cazador (Hunter): busca a sus víctimas en los
alrededores de donde vive.
Cazador furtivo (Poacher): actúa en un área
específica que es distinta a donde vive.
Pescador (Troller): actúa en su zona de actividad
rutinaria, donde trabaja, donde se divierte...buscando la víctima y situación
oportuna.
Trampero (Trapper): usa artimañas y situaciones
para llevar a la victima a su punto de anclaje, y es allí donde comete el
delito. (Rossmo, 1995).
A la hora
de realizar el perfil geográfico, Rossmo hace un estudio exhaustivo de las
posibles rutas que ha seguido el delincuente para cometer los delito, tratando
de sacar conclusiones respecto a las peculiaridades de movilidad de ese sujeto,
si usa distancias cortas o largas, si viaja por carreteras nacionales o solo se
mueve por la ciudad, etc. Las características de movilidad se van desarrollando
y a veces pueden cambiar siguiendo el orden cronológico de los delitos, de tal
forma que al ganar confianza con la experiencia delictiva, el criminal va a
expandir su radio de acción, pudiendo modificar también su modus operandi y
haciendo que si en sus primeros delitos iba caminando, posteriormente adquiera
confianza y se arriesgue a desplazarse más lejos en coche.
En relación con esto, un criminal puede empezar
siendo de una categoría y posteriormente pasarse a otra. Es importante tener en
cuenta estos posibles cambios haciendo un análisis cronológico de sus delitos y
detectando cambio en pautas. Rossmo
plantea una serie de preguntas a las que hay que responder a la hora de hacer
un perfil geográfico:
Porqué elige esa víctima en ese lugar determinado.
Porqué elige esa zona.
Cómo ha llegado hasta allí.
La ruta seguida que características tiene: es
fácil, conocida, peculiar...
Qué le ha podido atraer de ese lugar, qué relación
puede tener con él.
En caso de crímenes seriales, cuáles serían los
patrones geográficos.
Cómo se sale de ese lugar y que características
tiene esa vía de escape.
Es un lugar apropiado para ese tipo de conductas.
Hay indicios de que la víctima ha sido llevada a
allí desde otro lugar o fue abordada allí mismo.
Qué tipo de transporte puede haber usado.
Algunos estudios de comportamiento geográfico
criminal.
Al igual
que en el psicológico, el perfil geográfico también cuenta con métodos
inductivos en los que se analizan casos resueltos para extraer patrones de
conducta geográfica de los criminales y así aportar teorías e hipótesis para la
metodología deductiva. Esta metodología en una visión y uso más amplio, puede
usarse para describir la distribución geográfica de la criminalidad en una
determinada zona. Ver en qué zonas se distribuyen y concentran los distintos
tipos de delincuencia y cómo se comportan estos delincuentes a nivel geográfico
puede ayudar no solo a establecer medidas policiales más eficaces sino
también a desarrollar política criminales más ajustadas, específicas y óptimas.
Desde el
punto de vista de la criminología se pretende avanzar más en el estudio del
delincuente, no enfocándose como hasta ahora en características de
personalidad, deficiencias intelectuales o educativas, sino atendiendo a
factores situacionales como el entorno físico y el comportamiento geográfico de
los delincuentes (Stangeland y Garrido, 2004).
Ya se ha
comentado anteriormente algunos estudios realizados como los de Canter, Godwin
y Rossmo, que han dado lugar a bases teóricas importantes en la realización de
perfiles geográficos, como la hipótesis del círculo de Canter, el desarrollo de
zona de seguridad de Rossmo y una serie de pautas comportamentales a nivel
geográfico que se han visto validadas en numerosas investigaciones.
Robert
Keppel, investigador de homicidios y profesor asociado de la universidad Sam
Houston ha realizado varias investigaciones en casos de niños desaparecidos y
posteriormente asesinados. Entre algunos de sus resultados obtuvo que más de la
mitad de los agresores residían a menos de 400 metros del lugar de contacto con
la víctima y que en dos de cada tres casos, la presencia del agresor en ese
lugar estaba justificada porque en ella realizaba algún tipo de actividad
cotidiana. (Extraído del estudio de la Oficina Federal de investigación
Criminal alemana, 2004).
James L.
LeBeau estudió 320 casos de violaciones en EE.UU, de las cuales 156 casos eran
delitos aislados y resto violaciones seriales realizadas por 39 violadores. Los
resultados confirman la hipótesis de que los violadores actúan de forma
regional muy cerca de su punto de anclaje, es más, frente a lo que podría
parecer, los violadores seriales son los que realizan trayectos más cortos
entre su punto de anclaje y la zona de contacto con su víctima. Todos los
violadores tenían un punto de anclaje a una distancia aproximada de 4 kms. con
respecto al lugar de contacto con su víctima. (Extraído del estudio de la
Oficina Federal de investigación Criminal alemana, 2004).
La
Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania realiza en 2004 un
extenso estudio sobre comportamiento geográfico distinguiendo entre delito de
violaciones y delito de homicidios sexuales. Debido al gran número de casos
estudiados, 348 violaciones y 170 homicidios sexuales, los resultados son
estadísticamente muy relevantes. Estos son algunos de los resultados:
En el 30%
de los delitos de este estudio, el punto de anclaje y el lugar de contacto con
la víctima se encontraba a menos de 1 km. de distancia, y en más del 85% de
ellos a unos 20 km. Estas distancias cortas se explican porque los actos son
cometidos durante la realización de rutinas cotidianas por parte del
delincuente. En relación con esto, el 35% de las violaciones y el 49% de los
homicidios se sucedieron en más de un lugar, es decir, el lugar de contacto no
era considerado el apropiado por el delincuente y trasladaba a sus víctimas a
otro sitio donde consumaba el delito.
Al
analizar las violaciones distinguiendo entre aquellas que son actos
planificados por el delincuente y las que son actos espontáneos, descubrieron
que los delincuente que planificaban sus violaciones tendían a recorrer
distancias más largas desde su punto de anclaje, creando una zona de seguridad
alrededor de la zona de anclaje. No obstante, en ambos grupos la distancia
entre el punto de anclaje y el punto de contacto no superaba los 20 kms. en
casi el 80% de los casos. En el caso de homicidios no pudo constatarse estas
diferencias. La misma tendencia se muestra si comparamos las
violaciones pertenecientes a violadores seriales con violaciones aisladas. Los
violadores seriales, igual que los que planifican suelen recorrer más
distancias.
Aunque sin gran significación estadística, comprobaron como los violadores mayores de 30 años recorrían distancias más largas que los menores de 29 años, siendo mucho más significativo en el caso de los menores de 18 años, en el que el 85% actuaba en un área de 5 km. respecto a su punto de anclaje. En el caso de homicidios tampoco se pudo constatar estas diferencias
Si la
victima de violación eran niños, en el 92% de los casos el delito tenía lugar
dentro de un radio de menos de 15 Km. respecto al lugar de contacto. Esto puede
explicarse porque los niños son victimas que solo están disponible en horas del
día, lo que aumenta el riesgo de ser descubierto. Este riesgo se puede reducir
si el delincuente actúa en una zona que le da seguridad y en la que puede
controlar mejor los riesgos y pasar desapercibido, pues forma parte de su
actividad cotidiana y no será visto como un extraño. Aunque en el caso de
homicidios no se percibe de forma clara esta tendencia, los resultados apuntan
a que el 45% de las víctimas menores de 13 años, la distancia entre punto de
anclaje y lugar de contacto era de 1 Km. frente a solo el 25% cuando eran
mayores de 13 años.
En este
estudio también se demostró como era más óptimo, para localizar el punto de
anclaje del agresor, tomar el lugar de contacto con la victima que el lugar
donde se encuentra en cuerpo (BKA, 2004). Los datos
de esta investigación concuerdan con los obtenidos por el FBI en el análisis de
108 casos de violaciones en la cuales, el domicilio del autor se encontraba a
menos de un kilómetro en casi el 50% de los casos (en Stangeland y Garrido,
2004).
Canter y
Gregory revisan en 1994 una base de datos de 45 violadores en serie de
Inglaterra, distinguiendo entre violadores mayores de 25 años y menores de 25
años. Los resultados muestran como en el 54% de los agresores menores de 25
años vivían a 800 metros de la primera agresión frente al 38% de los mayores de
25 años (en Stangeland y Garrido, 2004).
Metodología del perfil.
Como mencionamos anteriormente, la realización del perfil geográfico no puede verse desligado del resto de las herramientas de investigación: inspección ocular, escena del crimen, datos forenses, investigaciones policiales, perfil psicológico...Por tanto, el perfil siempre debe estar abierto a la introducción de nuevos datos, lo que hace que esté en constante cambio y evolución. Esto no solo es una característica negativa, sino que es ventaja que hay que tener en cuenta, puesto que la introducción de nueva información optimiza y mejora los resultados del perfil.
No hay
una metodología estructurada y consensuada para la realización de perfiles
geográficos al igual que ocurre en los perfiles psicológicos. En este apartado
vamos a tratar de diseñar una metodología básica a partir de la información
aportada por algunos autores que se dedican a la realización de perfiles, en
concreto vamos a basarnos en los trabajos de Canter, Rossmo y Godwin. Estos
autores han hecho evolucionar su metodología hasta la creación de softwares
específicos para la realización de perfiles, puesto que los datos necesitan
manipularse a través de bases de datos y paquetes estadísticos e integrarse en
sistemas de información geográfica (S.I.G), para lo cual es útil e
imprescindible el soporte informático. De estos softwares y de los SIG
hablaremos en un apartado posterior.
Respecto
a la metodología básica, el primer caso consiste en la recopilación de datos
respecto al caso. En este sentido tenemos que analizar toda la información que
nos pueda llegar (algunos autores incluso visitan las escenas de los crímenes
ocurridos). Hay que hacer un análisis retrospectivo de casos similares
ocurridos en la zona para relacionar los casos que puedan formar parte de una
serie. Como hemos visto anteriormente, el comportamiento geográfico de los
criminales tiene una evolución temporal, por lo que hay que conocer en la
medida de lo posible todos los actos delictivos que haya podido cometer nuestro
delincuente, tanto a nivel temporal como espacial, así como los datos de estas
investigaciones.
Algunos investigadores, especialmente el FBI usa la base de datos VICAP (siglas en inglés del programa de detención de criminales violentos). Esta base de datos informatizada almacena, gestiona y relaciona delitos basándose principalmente en los datos del modus operandi del criminal y estableciendo una serie de análisis estadísticos y comparativos con otros delitos. A esta base de datos pueden acceder, consultar e introducir nuevos delitos las fuerzas y cuerpos de seguridad, con lo cual es una base de datos en continuo crecimiento.
Godwin
sin embargo desaconseja el uso del VICAP puesto que según argumenta, esta base
de datos se basa en la estabilidad temporal del modus operandi usado por el
criminal, sin atender a las posibles modificaciones o cambio de pautas que el
criminal puede realizar a la hora de cometer sus crímenes con el paso del
tiempo o por las circunstancias concreta de un determinado crimen. Según
Godwin, los criminales no siempre hacen lo mismo en lo crímenes e incluso lo
que en criminología se denomina la firma (otro criterio para relacionar
crímenes), puede verse modificada, interrumpida u ocultada en algunos delitos.
Godwin usa para la relación de casos un análisis
estadístico de determinados rasgos presentados en el escenario de los crímenes
(uso de ataduras, de objetos contundentes, víctima desnuda...). Estos rasgos
son comparados entre distintos delitos dentro de una matriz y el análisis le
asigna un porcentaje a la relación existente entre cada dos delitos. Para
Godwin, crímenes que tengan más de 30% de relación entre los hechos ocurridos
en el lugar del crimen nos estaría indicando crímenes que están vinculados
entre sí y que por tanto parecen ser actos cometidos por una misma
persona. (Godwin, 2006).
Una vez recopilada toda la información sobre los crímenes debemos dar respuestas a las preguntas que Rossmo planteaba anteriormente, atendiendo a las características geográficas de los delitos y de las distintas escenas de los crímenes, así como a todos los datos que pueden facilitar la creación posterior de hipótesis. Es posible que tengamos que realizar algunas investigaciones o recabar alguna información sobre el terreno que no haya sido documentada por el equipo de investigación, tales como medición de distancias, medición temporal entre determinados hechos, evaluación de vías de acceso y salida, carreteras próximas, geografía del terreno, existencia de medios de transporte públicos, integración de la escena con el resto del barrio, ciudad...
Con toda
esta información debemos empezar a realizar un análisis cronológico de los
crímenes y a establecer pautas, modus operandi e hipótesis de trabajo, estando
siempre receptivo y atento a la nueva información que nos puede ir llegando.
A continuación,
lo que se suele hacer es señalar en un mapa los lugares donde se han producido
los crímenes, teniendo en cuenta las distintas escenas de los crímenes que
puede haber, así como los lugares en los que la víctima-agresor entran en
contacto. Para la mayoría de los autores no es suficiente con usar solo el
lugar donde se encuentra a la víctima, habría que tener en cuenta también
si son diferentes, claro, el lugar de contacto, lugar de la agresión,
lugar de violación o delito sexual y lugar del homicidio
Actualmente esta tarea se suele realizar usando sistemas de información
geográfica (S.I.G) con los que posteriormente se realiza un cálculo de densidad
de sucesos, indicando las zonas donde hay menos y más concentración de sucesos.
A partir de aquí podemos establecer hipótesis utilizando las teorías y
resultados ofrecidos por los estudios de comportamiento geográfico de
criminales, tratando de señalar posibles puntos de anclajes, zona de seguridad,
posibles futuras zonas de actuación...
El perfil geográfico no debe ser pretencioso, pues no es posible facilitar el domicilio exacto donde vive el criminal, debe realizar aportaciones a la investigación en la medida de los datos y resultados que maneja. Como comentábamos anteriormente, tiene como función ayudar a gestionar óptimamente los recursos siempre limitados de la investigación, señalando a los agentes dónde es más probable que se mueva el criminal y por tanto dónde es aconsejable buscar y dónde no. Ante una investigación masiva de posibles sospechosos, puede ayudar a reducir este número indicando cuántos de esos posibles sospechosos tienen puntos de anclaje en la zona predicha. Esto facilita enormemente la investigación, disminuye recursos y colabora con la rápida resolución del caso (con las ventajas que esto conlleva, especialmente en casos de asesinatos).
Es
necesario apuntar, que el punto de anclaje no siempre se refiere al domicilio
del criminal, a veces es un antiguo domicilio, el lugar de trabajo, domicilio
de su novia. etc., por tanto hay que ir recabando toda esta información de los
sospechosos que vayan apareciendo. Para poder manejar y trabajar con toda
esta información es necesario el uso de bases de datos informatizadas. Aunque
generalmente esta técnica se ha usado y desarrollado en casos de asesinatos
seriales, la metodología y la técnica puede ser útil también en investigaciones
de agresores sexuales seriales, robos seriales, incendios, secuestros,
desapariciones...
Sistemas de Información Geográfica (SIG) y Software
para la creación de perfiles geográficos.
Un
SIG es un sistema de hardware, software y procedimientos diseñados para
soportar la captura, administración, manipulación, análisis, modelamiento y
graficación de datos u objetos referenciados espacialmente que nos permite
analizar la información aportada para poder planear y tomar decisiones (Carmona
y Monsalve, 2002).
En general un SIG debe tener la capacidad
de dar respuesta a las siguientes preguntas:
¨ ¿Dónde está el objeto A?
¨ ¿Dónde está A con relación a
B?
¨ ¿Cuantas ocurrencias del tipo
A hay en una distancia D de B?
¨ ¿Cuál es el valor que toma la
función Z en la posición X?
¨ ¿Cuál es la dimensión de B
(Frecuencia, perímetro, área, volumen)?
¨ ¿Cuál es el resultado de la
intersección de diferentes tipos de información?
¨ ¿Cuál es el camino más corto
(menor resistencia o menor costo) sobre el terreno desde un punto (X1, Y1) a lo
largo de un corredor P hasta un punto (X2, Y2)?
¨ ¿Qué hay en el punto (X, Y)?
¨ ¿Qué objetos están próximos a
aquellos objetos que tienen una combinación de características?
¨ ¿Cuál es el resultado de
clasificar los siguientes conjuntos de información espacial?
¨ Utilizando el modelo
definido del mundo real, simule el efecto del proceso P en un tiempo T dado un
escenario S.
El SIG trabaja con datos geográficos y con base de
datos, uniéndolos y creando una base de datos geográfica. Las principales
cuestiones que puede resolver un Sistema de Información Geográfica son:
1. Localización: preguntar por
las características de un lugar concreto.
2. Condición: el cumplimiento o
no de unas condiciones impuestas al sistema.
3. Tendencia: comparación entre
situaciones temporales o espaciales distintas de alguna característica.
4. Rutas: cálculo de rutas
óptimas entre dos o más puntos.
5. Pautas: detección de pautas
espaciales.
6. Modelos: generación de
modelos a partir de fenómenos o actuaciones simuladas.
Estos SIG
se utilizan actualmente en diversos campos que van desde la arqueología, la
agricultura, el marketing hasta la criminología, cualquier estudio en que
participe el factor geográfico es susceptible de ser abordado por este sistema.
Como
hemos visto anteriormente, algunos investigadores especializados en los
perfiles geográficos han desarrollado esta técnica hasta llegar a la creación
de softwares específicos para la creación de perfiles.
En la
Universidad de Liverpool, el equipo de Canter desarrolló DRAGNET, que parte de
los datos de los lugares del crimen, para a partir de aquí, analizarlos junto a
los diversos datos aportados por la investigación y por las pautas de
comportamientos adquiridos por sus estudios inductivos. Permite además trabajar
con distancias medidas en métrica Manhattan en vez de usar la euclidiana
estándar, lo cual dota de mayor realismo al análisis de los desplazamientos y
distancias.
El
equipo de Kim Rossmo desarrolló RIGEL, comercializado como Enviromental
Criminology Research Internacional (ACRI). Este software soporta gran variedad
de sistemas de información geográfica y base de datos que se pueden
personalizar a gusto del cliente. Parte de un sistema de vinculación como el
VICAP y usa el algoritmo patentado ECRI basado en Java. La información
puede incluir escenas de crimen, información de los sospechosos, detalles del
caso y del investigador...Presenta los resultados en mapas de dos o tres
dimensiones llamados jeopardies, mostrando el lugar de domicilio más probable
de un delincuente. Actualmente es usado por la policía de muchos países y ha
sido usado en cientos de caso de todo el mundo.
Maurice Godwin |
Ned
Levine desarrolló el CRIMESTAT, con la subvención del Instituto Nacional de Justicia
de EE.UU, un programa de estadísticas espaciales que no se usa específicamente
para la realización de perfiles geográficos, sino para el estudio geográfico de
la delincuencia. El CrimeStat tiene un archivo primario con la ubicación de los
delitos y fechas, y un archivo secundario que se asocia con el primario para la
elaboración de conglomerados. El sistema ofrece información sobre distribución
espacial de delitos, análisis de distancias, análisis de puntos calientes y
modelación espacial. Es usado de forma extensiva por los departamentos de
policía de EE.UU (Martínez et als. 2004).
Referencias Bibliográficas.
Canter, D. (2005): Mapping
murder. Virgin Books: London.
Godwin, M., Rosen, F. (2005): El rastreador. El
perfil psicogeográfico en la investigación de crímenes en serie. Alba:
Barcelona.
Stangeland, P., Garrido, M. (2004): El mapa del
crimen. Herramientas geográficas para policías y criminólogos. Tirant lo
Blanch: Valencia.
Garrido, V. (2007): La mente criminal. La ciencia
contra los asesinos en serie. Temas de hoy: Madrid.
Garrido, V., López, P. (2006): El rastro del
asesino. El perfil psicológico de los criminales en la investigación policial.
Ariel: Barcelona.
Dern, H., Frönd, R., Straub, U., Vick, J., Witt, R.
(2004): Comportamiento geográfico de ofensores desconocidos en delitos de
violencia sexual. Oficina federal de Investigación criminal (BKA): Wiesbaden.
Martínez, R., Loyola, E., Vidaurre-Arenas, M.,
Nájera, P. (2004): Paquetes de programas de Mapeo y Análisis espacial en
epidemiología y salud pública. En Boletín Epidemiológico, vol.25,nº 4, pp.7-8.
Álvaro de, J. Carmona, J., Monsalve, J. (2002):
Sistemas de información Geográficos. Ponencia, tomado de www.monografias.com.
Rossmo, D. K. (1995):
Geographic Profiling: Target patterns of serial murderes. Simon Fraser University:
Vancouver
Uyyyy que miedo...con tantos locos mejor me quedo viendo televisión en casa...
ResponderEliminarPero che..no seas cobarde..comprate un perro...amarralo en el estadio y disfrutá boludo!
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