Cuenta Plutarco, autor del siglo I, quien escribiera una biografía de Demóstenes: Cuando un ciudadano se presentó ante el gran orador ateniense, pidiéndole que lo representara en un juicio porque quería demandar a alguien que le había dado de golpes, Demóstenes replicó:
-Me parece que no hay tal cosa, que no has sufrido nada de lo que dices.
Entonces el otro se levantó colérico y a gritos le respondió:
-¿Con qué yo nada he sufrido, Demóstenes? ¿Qué no ves estos golpes?
A lo que el orador le contestó:
-¡ Ahora sí oigo la voz de un hombre que ha sido agraviado y ofendido !
En este video vemos los problemas que tenía el rey Jorge VI de Inglaterra para hablar en público, y cómo su instructor utiliza esta técnica de Demóstenes, haciéndolo enojar sentándose en una de las principales reliquias de la corona inglesa, el trono de Eduardo I, (Siglo XIII, asentado sobre la Piedra Scone, la Piedra del Destino), para de tal forma desinhibir al rey.
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