sábado, 21 de febrero de 2015

SUCESOS Y REACCIONES DEL CUERPO HUMANO AL MORIR.





Ciertas funciones corporales que se mantienen incluso después de que se declare la muerte de una persona.  Orinar, vocalizar e incluso dar a luz son algunas de las funciones que el cuerpo puede cumplir después de que se declare su muerte. 
Cuando una persona atraviesa por el proceso de la muerte experimenta una serie de cambios físicos naturales de esa etapa. Las funciones vitales comienzan a debilitarse hasta quedar paralizadas al cien por ciento, cambio que ocurrirá de manera paulatina y aunque no lo creamos, ocurre en la mayoría de los casos sin dolor. Es normal que pensemos que tras el fallecimiento, el cuerpo permanece inerte, lleno de quietud y serenidad; sin embargo, cuántas veces no hemos escuchado historias de personas que aseguran haber presenciado movimientos o ruidos procedentes de cadáveres que le han sacado un gran susto a más de uno.


1. Crecimiento de uñas y cabello.   Este proceso no sucede de manera literal. Lo que ocurre  es que nuestro cuerpo está compuesto de agua en un 70 por ciento y cuando morimos, se da un proceso de deshidratación, mismo que provoca que la piel se retraiga y 'encoja', lo que da la impresión de que el cabello y uñas crecen, pues ahora la raíz queda al descubierto.
El cadáver pierde peso en la siguiente y aproximada proporción (Dupont): en recién nacidos, 8 gramos por kilo por día y en adultos, 8-10 gramos por kilo por día.  Las modificaciones cutáneas se muestran por el apergaminamiento de la piel y el escroto; las mucosas por la desecación de los labios, del glande y de la vulva y, por último, las oculares, por el signo de Stenon Louis (opacidad en la cornea que se inicia 12 hs. después de la muerte) y el de Sommer o mancha negra esclerotical (mancha negra irregular que se debe a la oxidación de la hemoglobina de los vasos coroideos y a la deshidratación; se localiza en los ángulos externos del segmento anterior del ojo y luego en los internos. Comienza a partir de la 5ta hora post mortem si los párpados están abiertos)






La deshidratación puede estudiarse de acuerdo a la disminución de la tensión del globo ocular (toma 15 hs)., el enturbamiento de la córnea (45 minutos con los ojos abiertos y 24 hs. con los ojos cerrados), y con la mancha esclerótica (demora 6 hs. en aparecer con los ojos abiertos y 5 hs. cuando están cerrados).


2. Rigidez cadavérica.  Es consecuencia de la coagulación post mortem de la miosina con el consiguiente endurecimiento de las fibras musculares, sean éstas lisas o estriadas. Como resultado aparece la "actitud de envaramiento" del cadáver, constituida por la discreta flexión de los brazos sobre los antebrazos; de las piernas sobre los muslos y del pulgar por debajo de los restantes dedos.
La rigidez sigue una marcha descendente (cefalo-caudal) a lo largo de los músculos del cuerpo: empieza por los maseteros y termina en los pies.
El tiempo de aparición es variable de acuerdo a la ley de Niderkorn:
·         Rigidez precoz: antes de 3 horas.
·         Rigidez normal: entre 3 y 6 horas.
·         Rigidez tardía: entre 6 y 9 horas.
·         Rigidez muy tardía: después de 9 horas.
Existen factores que influencian el tiempo de aparición de la rigidez:
·         F. Aceleradores: calor (la rigidez dura poco), frío (la rigidez dura mucho), infancia (la rigidez dura muy poco), vejez y agonía previa.
·         F. Retardadores: vestimenta, ropas de lecho, adultez, muerte súbita o violenta.


3.  Livideces cadavéricas.  Son manchas cutáneas de color violáceo (lívido) que aparecen en las zonas mas declives producto de la vasodilatación por encharcamiento de la sangre por ausencia de coagulación. Las livideces señalan la posición del cuerpo al producirse el fallecimiento y se van desplazando de acuerdo a los cambios en la postura del sujeto sin vida. Este último fenómeno es llamado transposición de las livideces y solo puede ocurrir dentro de las primeras 12-15 horas de ocurrida la muerte y nunca después de las 24 horas de la misma.
El tiempo que tardan en aparecer las livideces cadavéricas es variable: desde casi inmediatamente después del deceso hasta 4 o 5 horas mas tarde. Desde el momento en que se manifiestan van aumentando lentamente y perdiendo velocidad hasta alcanzar su intensidad máxima entre 12-15 horas y no se producen mas allá de las 30 horas.
Cabe aclarar que las livideces puede no aparecer debido a una hemorragia externa severa o variar en su coloración debido a intoxicación. Por ejemplo, son mas claras cuando existe monóxido de carbono en la sangre. 

4. Actividad cerebral.   Las neuronas, al percatarse de la falta de oxígeno, comenzarán a trabajar de más al emprender la búsqueda de este elemento. Esta actividad podría continuar por horas e incluso días hasta que poco a poco, cada una de estas células se va apagando en un efecto tipo dominó.


5. Regeneración de piel.   Las células de la piel pueden seguir funcionando de manera habitual después de muertos. A diferencia de otros sistemas, la dermis es capaz de seguir regenerándose debido a la sangre y temperatura del cuerpo. 



6. Orinar. Recordemos que la expulsión de la orina se lleva a cabo por medio de los esfínteres, músculos cuya actividad aprendemos a regular en la niñez. Cuando una persona muere sufre la relajación de todo el tejido muscular, incluyendo estos, por lo que es normal la expulsión de orina.

7. Defecar.    Es lo mismo que el punto anterior, debido a la relajación de ciertos músculos más los gases que están acumulados en nuestro cuerpo provocan que algunas personas ya fallecidas expulsen materia fecal.

8. Digestión.    En nuestro cuerpo habitan una serie de microorgnismos que intervienen en el proceso de la digestión. Estos pueden permanecer vivos, a pesar de que todo nuestro organismo haya dejado de vivir, y continuar con sus funciones, siempre y cuando encuentren alimento en el estómago que procesar. Con la ausencia de oxígeno, estos también perecerán. Estudio del contenido gástrico: sirve para determinar si se pueden identificar los alimentos ingeridos pero su utilidad para el CTD es relativa ya que el tiempo de digestión y de permanencia de los alimentos en el estomago es variable. Para que este dato sea útil se debe tener un estudio de cómo es el transito gástrico de la persona en cuestión, lo que es casi imposible. Su principal función es para comparar si lo encontrado en la búsqueda coincide con lo que afirman los testigos (si los hay).
·         Estudio del contenido intestinal: similar al ítem anterior.  Estado de la vejiga: similar al ítem anterior. Además sirve principalmente para determinar la orina en busca de drogas (especialmente marihuana) y otros metabolitos. ·   Longitud del pelo y vello facial: es mas acertado en las personas que se afeitaron el día del fallecimiento porque si no se hace necesario el dato de la longitud del vello previa a la muerte.  ·       

9. Erección y eyaculación.    Una persona que ha muerto de pie o acostado boca abajo podría presentar una erección segundos después de haber fallecido, ya que el corazón deja de bombear sangre y ésta se acumulará en la zona baja del cuerpo. Al exhalar el último aliento las membranas celulares se vuelven más permeables al calcio y las células dejan de destinar tanta energía para deshacerse de los iones, así que los músculos se contraen. Este es el proceso que explica el rígor mortis pero también podría provocar una eyaculación. 




10. Movimiento muscular.  Hay ocasiones que de todo el organismo, el sistema nervioso puede prolongar su vida, lo que provoca que éste envíe señales a la médula espinal, provocando espasmos así como distensiones de algunas partes del cuerpo. También habrá movimientos cuando éste se relaje por completo.  Espasmo cadavérico:  Es el mantenimiento post mortem de una determinada posición corporal o vital como resultado de una muerte súbita (de etiología encefálica o cardíaca) natural o violenta.  La diferencia entre rigidez y espasmo cadavérico radica en el hecho de que en el primer caso existe relajación muscular previa a la muerte, mientras que en la segunda existe una transición del estado de contracción muscular vital al post mortem sin etapa intermedia.  Mas tarde la rigidez se superpone al espasmo y, finalmente, ambos desaparecen cuando se instala la putrefacción


11. Vocalizar.  Ya hablamos de aquellos microorganismos que habitan en nuestro cuerpo que cumplen ciertas funciones en el aparato digestivo. Cuando morimos, la actividad de estas bacterias se acrecenta, lo que genera una serie de gases que finalmente buscarán salir del organismo. La tráquea se vuelve una de las salidas principales, por lo que es normal que algunos muertos "se quejen, gruñan" o hagan otro tipo de sonidos guturales. 

12. Dar a luz .  Se han documentado casos en que una mujer embarazada muere y al poco tiempo su cuerpo expulsa al feto, un fenómeno al que se le dio en llamar “nacimiento en ataúd” [coffin birth], una curiosa imagen que reúne ambos extremos de una vida. Su explicación científica tiene que ver con la relajación de los músculos y el incremento de los gases internos, combinación que termina por empujar hacia afuera todo lo que haya al interior de un cuerpo, así sea del tamaño de un bebé. Por un mecanismo análogo puede prolapsar el útero o el recto y puede ocurrir que un feto detenido en el canal vaginal, después de la muerte de la madre pueda ser expulsado totalmente. Este último evento está mal llamado "parto post mortem" ya que la palabra parto implica un mecanismo activo, un dinamismo esencialmente vital; en este caso se trata de un cadáver por lo tanto no hay vitalidad y solo hay expulsión por la fuerza de los gases formados en la cavidad abdominal. Lo correcto sería entonces hablar de "expulsión post mortem".



13.  Putrefacción .
La putrefacción es el momento en el que se simplifican las complejas estructuras químicas del organismo y esta constituida por factores exógenos y endógenos. Los primeros abarcan la temperatura y el medio ambiente donde se encuentra el cuerpo y los segundos a los parásitos y bacterias intestinales y las ptomaínas provenientes de la putrefacción proteínica. La difusión se efectúa por vecindad a lo largo de los vasos sanguíneos y linfáticos constituyendo la llamada "red vascular de la putrefacción".
La descomposición es muy precoz en verano y tardía en invierno (siempre y cuando el cadáver se encuentre al aire libre y no en una habitación calefaccionada ya que esto ultimo seria similar al verano). El órgano más frágil a la putrefacción es el cerebro y los más resistentes el corazón, el útero y la próstata.
Podemos distinguir cuatro fases: 
a. Cromática: Constituida por la aparición de la "mancha verde del abdomen" en la región cecoapendicular (fosa ilíaca derecha) a partir de las 24 horas después del deceso. Es consecuencia del hidrogeno sulfurado producido por la putrefacción intestinal. 








También comienza a verse después de las primeras 24-48 hs. el entramado venoso de color verde oscuro (que en el individuo vivo puede apreciarse de color rojo vino) por la transformación de la hemoglobina. Sin embargo, cabe aclarar que en las muertes violentas la putrefacción comienza en forma temprana en los lugares donde el cuerpo presenta heridas y que en pacientes que sufren problemas en órganos torácicos (infartos, asfixias) la mancha verde comienza en esa zona.
b. Enfisematosa: Presencia de vesículas gaseosas cutáneas que al romperse llevan al desprendimiento de la epidermis (36-72 hs. post mortem), distensión voluminosa del abdomen, del escroto, de la vulva, de los labios (24-48 hs.). La sangre por la misma presión de los gases se ve desplazada de los planos profundos a los superficiales, dando lugar a la llamada "circulación póstuma" (Brouardel).
c. Colicuativa: Hay una licuación de los tejidos transformándose estos en un magma putrilaginoso haciendo desaparecer la forma habitual.
d. Reductivo: Constituido por una serie de fenómenos que determinan la transformación o desaparición de las partes blandas y óseas a lo largo del tiempo y de acuerdo a fenómenos que dependen del cadáver y del ambiente en que se halla sepultado (tabla 2). (1,3)



14. Colonización de insectos.

Conjunto de insectos que se suceden con regularidad cronológica en un cadáver humano, desde el momento en que se produce la muerte hasta la destrucción completa de las partes blandas.
Las primeras oleadas de insectos llegan al cuerpo atraídas por el olor de los gases desprendidos en el proceso de la degradación de los principios inmediatos (glúcidos, lípidos y proteínas) y otros gases como el amoniaco, el ácido sulfúrico, el nitrógeno libre y el anhídrido carbónico.
Los diferentes artrópodos que llegan a un cadáver pueden clasificarse en:
·         Especies necrófagas: Se alimentan del cuerpo. Incluye a dípteros (Calliphoridae y Sarcophagidae) y coleópteros (Silphidae y Dermestidae).
·         Especies predadoras y parásitas de necrófagos: Incluye coleópteros como Silphidae, Staphylinidae e Histeridae, dipteros (Calliphondae y Stratiomydae) e himenópteros parásitos de las larvas y pupas de dípteros.
·        Especies omnívoras: Avispas, hormigas y otros coleópteros que se alimentan tanto del cuerpo como de los artrópodos asociados.
·        
     Especies accidentales: Utilizan el cuerpo como una extensión de su hábitat normal (arañas, ciempiés, ácaros que se alimentan del moho y los hongos que crecen en el cuerpo).  Existen dos formas de determinar el tiempo transcurrido desde la muerte apoyándose en la entomología forense: a) utilizar la edad y tasa de desarrollo de las larvas; b) utilizar la sucesión de insectos en la descomposición del cuerpo. Ambos métodos pueden usarse por separado o conjuntamente.  Es posible que en determinados casos la data dada por el entomólogo no coincida con la data proporcionada por el medico forense que ha practicado la autopsia. Esto puede ocurrir bien porque los insectos no hayan colonizado el cadáver en los primeros días (lugares de difícil acceso, casas perfectamente cerradas, etc.) o bien en los casos de abandono y malos tratos en niños y ancianos en los que existen heridas y lesiones que son colonizadas por los insectos antes de producirse la muerte.










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