Por : Prof. Rafael Ruiloba.
El lenguaje se usa también para mentir. Es más, la ciencia del lenguaje, la Semiótica dice tener como objeto de estudio todo lo que se usa para mentir, en otras palabras, también estudia la mentira, las falacias y la ideología, pero no bastan por sí mismas para ser efectivas, tienen que persuadir, es decir, presentarse como si fueran verdad. Tienen que usar la retórica para eso, porque la mentira sólo persuade si se trafica como verdad.
El discurso de la ciencia, el discurso judicial, el discurso publicitario e incluso el más mentiroso y falaz de todos los discursos, el periodístico, presumen que dicen la verdad o al menos hacer ver que la dicen, unos por exigencia de la ley y otros por mantener la credibilidad del consumidor. Por eso, más que decir la verdad, buscan tener credibilidad, en nombre de la verdad, la cual definimos como la capacidad de lograr que cuando mientas te crean.
La mentira es lo contrario a la verdad. La verdad es una relación verificable , entre el conocimiento y la realidad vista como un todo. Por otra parte, la verdad es una categoría del valor primaria para la cultura humana como el bien y el mal, lo agradable y lo desagradable, lo correcto y lo incorrecto. Pero para mentir es necesario presentarla como verdad, no necesariamente se necesita mentir en torno a la totalidad de los hechos, sólo basta hacerlo sobre una cantidad limitada de puntos para inducir al error.
Tenemos mentiras por adicciones,se agregan cosas o se inventan aspectos de los hechos; algo que deforme el hecho. Mentiras por supresiones, se elimina el hecho para que no se sepa. Mentiras por deformación, se habla de algo que existe y se deforma de forma cuantitativa porque se exagera o se minimiza. La mentira omite, la propaganda omite lo malo y realza lo mejor, o, al contrario, omite lo bueno y realza lo malo. Aduce, dice sin probar, califica sin explicar en qué consiste la cosa calificada, La mentira inventa, deforma los hechos para darle buena imagen o deformar los buenos para darle mala imagen.
El discurso de la ciencia, el discurso judicial, el discurso publicitario e incluso el más mentiroso y falaz de todos los discursos, el periodístico, presumen que dicen la verdad o al menos hacer ver que la dicen, unos por exigencia de la ley y otros por mantener la credibilidad del consumidor. Por eso, más que decir la verdad, buscan tener credibilidad, en nombre de la verdad, la cual definimos como la capacidad de lograr que cuando mientas te crean.
La mentira es lo contrario a la verdad. La verdad es una relación verificable , entre el conocimiento y la realidad vista como un todo. Por otra parte, la verdad es una categoría del valor primaria para la cultura humana como el bien y el mal, lo agradable y lo desagradable, lo correcto y lo incorrecto. Pero para mentir es necesario presentarla como verdad, no necesariamente se necesita mentir en torno a la totalidad de los hechos, sólo basta hacerlo sobre una cantidad limitada de puntos para inducir al error.
Tenemos mentiras por adicciones,se agregan cosas o se inventan aspectos de los hechos; algo que deforme el hecho. Mentiras por supresiones, se elimina el hecho para que no se sepa. Mentiras por deformación, se habla de algo que existe y se deforma de forma cuantitativa porque se exagera o se minimiza. La mentira omite, la propaganda omite lo malo y realza lo mejor, o, al contrario, omite lo bueno y realza lo malo. Aduce, dice sin probar, califica sin explicar en qué consiste la cosa calificada, La mentira inventa, deforma los hechos para darle buena imagen o deformar los buenos para darle mala imagen.
Esto es así, porque al público se le hace muy difícil forjarse una opinión sobre quién miente en realidad. La mentira embellece, disimula planes, justifica acciones, alerta sobre los peligros inexistentes, intoxica la opinión pública. Habla de propiedades inexistentes de los productos sujetos a la propaganda, inventa acontecimientos, deforma, minimiza, exagera. Por lo tanto la mentira es el mejor combustible de la publicidad y el periodismo; es el insumo más valioso de los medios de comunicación.
El asunto central, es saber cuales son los beneficios que la mentira le proporciona al mentiroso, antes de que la descubran, o ,cabe preguntarse cuales son los daños que causa la mentira y si una vez descubierta se puede reparar ese daño. El mejor ejemplo es recordar la Guerra de Irak. Bush logró empantanar a los Estados Unidos en una guerra por medios de mentiras (la supuesta tenencia de armas de destrucción masiva). Cuando se descubrieron, esto no impidió que la guerra continuase y que la potencia buscase sus objetivos estratégicos con nuevas mentiras, como argüir que buscaban establecer una democracia en Irak. Cuando lo que buscaban era debilitar el poder regional, además de controlar sus riquezas.
La doctrina del pensamiento crítico asume que frente a la capacidad de mentir por medio del lenguaje, la cual es ilimitada, debemos oponer la duda, la refutación , el contraste y la constante búsqueda de la verdad. Por eso el lector debe verificar los argumentos , si es que tienen, deben analizar sus explicaciones y deducir sus intensiones.
Ahora cambiemos la óptica de la mentira en los discursos y escritos para enfocarnos en los "signos delatores de la mentira" . Hablamos del lenguaje corporal. El enlace del vídeo que a continuación presentamos trata esta temática. Hacemos la salvedad que este vídeo causo polémica, dado que para algunos científicos y psicólogos existen dudas sobre estas conclusiones. Sin embargo, para la policía, ha dado muy buenos resultados la metodología presentada en la secuencia fílmica que a continuación exponemos:
PROF. RAFAEL RUILOBA.
UNIVERSIDAD DE PANAMÁ.
Poeta, narrador, ensayista, crítico
literario y profesor universitario panameño, nacido en la ciudad de Panamá el 7
de agosto de 1955. Autor de una brillante producción literaria que progresa con
soltura y fluidez a través de los cauces genéricos más variados, está
considerado como una de las figuras cimeras de las Letras istmeñas de la
segunda mitad del siglo XX.
Hombre de marcado talante humanista,
Rafael Ruiloba ha triunfado también en el ámbito de la docencia y la
investigación, hasta el extremo de convertirse en uno de los intelectuales más
leídos y respetados de su entorno. Filólogo fecundo, ha desplegado su
magisterio en las aulas de la Universidad Nacional de Panamá, donde ocupa las
cátedras de Literatura Española y de Semiótica, por las que han pasado las
principales promociones de filólogos y escritores panameños de finales del
siglo XX. En este sentido, puede afirmarse que Rafael Ruiloba es uno de los
creadores e intelectuales que más ha influido -tanto por su magisterio teórico
como por su dedicación práctica al cultivo de la creación literaria- en la
fijación de los postulados temáticos y estilísticos comunes que permiten hablar
de una literatura específicamente panameña.
Entre sus textos de crítica e
investigación centrados en el hecho literario, conviene destacar los ensayos
titulados Los perfiles de la crítica literaria en
América Latina(Panamá: Mariano Arosemena/INAC, 1984); Demetrio Herrera
Sevillano.Antología Esencial (Panamá: Formato
Dieciséis, 1986); La consideración semiótica de la
ideología. (Ideología y comunicación) (Panamá: LASIC,
1989); Antígona. El texto de la tragedia (Panamá: Mariano Arosemena/INAC, 1991).
En su faceta de escritor, Rafael
Ruiloba obtuvo un rotundo éxito como narrador merced a la publicación de una
recopilación de relatos breves titulada Vienen de Panamá (Panamá: Id. Id., 1991), obra que había sido reconocida en 1990 con el
galardón literario más prestigioso de la pequeña república centroamericana, el
Premio "Ricardo Miró", en su modalidad de cuento. También en 1990 había
obtenido el escritor panameño el Premio de Literatura Samuel Lewis Arango,
otorgado por la célebre revista cultural Lotería, galardón que volvió
a recaer en una obra de Ruiloba en la convocatoria de 1995. Como novelista, ha
conseguido un notable éxito de crítica y lectores con Manosanta, su primera y, hasta la fecha, única narración extensa (Id. Id., 1997). MCNBiografías.com.
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