En el año 2006 en Nevada, un niño de seis años desaparece de un parque mientras jugaba con otros niños. El escenario incluía cerca de 100 personas. Padres acompañando a sus hijos, personas que paseaban con sus perros, niños montando juegos giratorios: "sube y baja", balanceo. Vendedores de hot dog, gente mirando, corriendo. En fin, el escenario perfecto para esperar un descuido en la vigilancia de los padres. Los testigos y los nerviosos padres fueron interrogados. Los datos recibidos por los investigadores eran tan generales en ocasiones e insuficientes en otros. Un especialista de la división de investigaciones, propuso utilizar una nueva técnica de entrevista llamada "cognitiva". Utilizada con éxito en algunos casos y que generalmente se hace en estado de hipnosis.
La madre del niño quien estaba más cerca de los hechos, aún nerviosa, accedió a someterse al
procedimiento. El especialista, una vez logro el estado de relajación e hipnosis, procedió a realizar el interrogatorio . Las preguntas eran escasas y casi sin interrupción. Lo que motivo que la testigo fuera describiendo como en una película los acontecimientos que vio a su alrededor en aquel momento. Su reseña era más profunda, descriptiva, olores, voces, tonalidades de luz, hasta que detuvo su relato diciendo: "hay un hombre que no se mueve...tiene la cabeza cubierta con una capucha, parece que nos mira". Este detalle, que nunca mencionó en los interrogatorios, fue la pieza clave al analizar una cámara colocada en una avenida cercana, y que permitió visualizar la placa del vehículo del sujeto.
La entrevista cognitiva está
considerada como una de las técnicas más eficaces para mejorar la calidad de la
declaración de un testigo. Inicialmente incluía cuatro técnicas: reinstauración
del contexto, contarlo todo, cambio de perspectiva y cambio de orden, pero se
han introducido otras nuevas, dando lugar a la entrevista cognitiva mejorada.
Esta nueva entrevista, además de mejorar la calidad de la declaración de los
testigos, también parece ser útil para otros propósitos, como detectar
mentiras, o para mejorar el bienestar mental de las víctimas. Repasamos
brevemente la investigación existente y las técnicas más relevantes para ambos
tipos de entrevista.
En la mayoría de las investigaciones policiales la información
obtenida de los testigos suele ser vital para la correcta resolución del caso.
Sin embargo, la declaración de un testigo durante un interrogatorio puede no
corresponderse con lo que recuerda. Además de eso, técnicas de interrogatorio
deficientes pueden reducir la cantidad de información relevante obtenida y
aumentar la cantidad de información incorrecta.
Para evitar este problema, Geiselman y cols. (1984) desarrollaron la
entrevista cognitiva, que en la actualidad es aceptada como una de las técnicas
más efectivas para mejorar la declaración de un testigo. Diferentes
investigaciones han mostrado que esta técnica aumenta la cantidad de
información correcta recordada por el testigo sin que a su vez aumente
significativamente la cantidad de información incorrecta (Fisher, Milne y Bull,
2011). La entrevista cognitiva ha demostrado ser eficaz en diferentes países
(EE.UU., Reino Unido, Alemania o Brasil), con diferentes tipos de testigos
(niños, adultos o personas mayores) y diferentes intervalos temporales entre el
evento a recordar y el interrogatorio (desde unos pocos minutos hasta varios
días), tanto en laboratorio como en estudios de campo.
En su primera versión la entrevista cognitiva incluía cuatro
técnicas: reinstauración del contexto,
contarlo todo, cambio de perspectiva y
cambio de orden. La re-instauración del contexto se basa
en que la recuperación de información de la memoria es mejor cuando se recrea
el contexto del acontecimiento original durante el interrogatorio. Durante esta
fase el interrogador pide al testigo que recree mentalmente la escena del
crimen y su estado psicológico, cognitivo y emocional. Esto se consigue
pidiéndole que cierre los ojos y que se sitúe a sí mismo de nuevo en la escena
del crimen.
La técnica de contarlo todo consiste en
pedir al testigo que cuente todo lo que recuerde sobre el crimen, aunque sean
detalles triviales. Como nuestra memoria está compuesta de unidades de
información asociadas, recordar un detalle irrelevante puede ayudar a recordar
otras informaciones relevantes.
La técnica del cambio de perspectiva consiste en pedir al
testigo que recuerde el acontecimiento desde una perspectiva diferente. Por
ejemplo, si el testigo está muy nervioso, pedirle que recuerde desde una
perspectiva más tranquila como antes de que se diera cuenta de que se estaba
cometiendo un crimen. Esta técnica permite aumentar la cantidad de información
en la declaración, especialmente información periférica (p. ej., sobre la
conducta de otros testigos durante el delito).
Por último, la
técnica de cambio de orden consiste en pedir al testigo que cuente el
acontecimiento en un orden diferente al cronológico, por ejemplo, empezando
desde el final. Mediante esta técnica es posible que se recuerde información
pasada por alto al contar el suceso en orden cronológico, mejorando la
exactitud global de la declaración. Según Vrij y cols. (2008), esta técnica
podría también servir para detectar mentiras, porque ambas tareas, contar algo
en orden inverso y mentir, exigen un gran esfuerzo cognitivo. Para el testigo
deshonesto es más difícil crear una mentira coherente y plausible cuando está
realizando a su vez otra tarea igualmente exigente.
Unos años después, Fisher y Geiselman (1992) propusieron incluir en
la entrevista factores sociales y comunicativos. La policía normalmente ignora
los sentimientos de los testigos porque los considera irrelevantes para el
interrogatorio, aunque su bienestar afecta directamente a la calidad del
testimonio. Por este motivo se incluyeron varias nuevas técnicas, dando lugar a
la entrevista cognitiva mejorada. Las nuevas técnicas son: hacer preguntas
compatibles con el testigo, crear un buen clima emocional (“rapport”),
transferir el control de la entrevista al testigo o crear imágenes mentales de
detalles específicos. Por ejemplo, para crear un buen clima emocional el interrogador
debe intentar establecer una relación amistosa con el testigo. Además de
mejorar el recuerdo y permitir obtener mejores declaraciones, la entrevista
cognitiva mejorada también parece promover el bienestar mental: las víctimas
afirman sentir mayor control y mayor confianza tras el interrogatorio (Walsh y
Bull, 2011).
La entrevista cognitiva mejorada ha demostrado ser más efectiva que
otros tipos de entrevista usados por las fuerzas policiales (Fisher y
Geiselman, 1992), o que una entrevista estructurada (Köhnken, Milne, Memon y
Bull, 1999), es decir, entrevistas creadas por los investigadores siguiendo los
criterios básicos de una buena entrevista, como usar preguntas abiertas y no
sugestivas. La investigación también sugiere que la entrevista cognitiva
mejorada disminuye la cantidad de información falsa, es decir, no presente en
el suceso original, emitida por el testigo (Holliday & Albon, 2004).
En conclusión, la entrevista cognitiva mejorada es un conjunto de
técnicas que permite mejorar la calidad del testimonio. La investigación sobre
el tema muestra que esta entrevista es mejor que otras técnicas utilizadas para
entrevistar testigos, no sólo respecto a la cantidad de información recordada,
sino también en otros aspectos.
A continuación, un vídeo que evidencia la utilización de esta técnica en las investigaciones policiales.
Referencias
Fisher, R. P., y Geiselman, R. E.
(1992). Memory-enhancing Techniques for
Investigative Interviewing: The Cognitive Interview. Springfield,
Illinois: Charles C. Thomas.
Fisher, R. P., Milne, R., y Bull, R. (2011). Interviewing cooperative
witnesses. Current Directions in Psychological Science, 20,
16-19.
Geiselman, R. E., Fisher, R. P., Firstenberg, I., Hutton, L., Sullivan,
S. J., Avetissian, I. V., y Prosk, A. L. (1984). Enhancement of eyewitness
memory: An empirical evaluation of the cognitive interview.Journal of Police and Science Administration, 12, 74-80.
Holliday, R., y Albon, A. (2004). Minimising misinformation effects in young
children with cognitive interview mnemonics. Applied Cognitive Psychology, 18, 263-281.
Köhnken, G., Milne, R. Memon, A., y Bull, R. (1999). A meta-analysis on
the effects of the Cognitive Interview. Psychology, Crime, & Law, 5, 3-27.
Vrij, A., Mann, S. A., Fisher, R. P., Leal, S., Milne, R., y Bull, R.
(2008). Increasing cognitive load to facilitate lie detection: The benefit of
recalling an event in reverse order. Law and Human Behavior, 32, 253-265.
Walsh, D., & Bull, R. (2011). Examining rapport in investigative
interviews with suspects: Does its building and maintenance work? Journal of Police and Criminal
Psychology, 27, 73-84
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